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Un coloso lácteo nacido en Mongolia y líder mundial tiene a Argentina en la mira

Mongolia Interior, 1 de diciembre de 2025 (NA) – América Latina, y en especial Argentina, están en el radar del complejo lácteo nacido en Hohhot, la capital de Mongolia Interior, que se convirtió en líder global de la industria de la leche y en 2018 sponsoreó al capitán de la Selección Lionel Messi con vistas al Mundial de Rusia.

Mengniu Dairy Company Limited importa productos desde la región, trabaja con distribuidores y compra ingredientes específicos.

Para los exportadores de leche en polvo, proteínas lácteas o sueros, es un comprador posible, pero extremadamente exigente: trazabilidad completa, certificaciones ambientales, calidad estable y regularidad de entrega son condiciones indispensables para iniciar cualquier negociación.

De comenzar como una firma provincial a fines de los 90, en 25 años se transformó en una multinacional privada que cotiza en la Bolsa de Hong Kong y que opera 45 plantas en China, además de fábricas en Australia, Nueva Zelanda, Indonesia y Filipinas, donde pasan casi 14.000 millones de litros al año

Que, según le confirmaron a la Agencia Noticias Argentinas, emplea a más de 38.800 personas y procesa una cifra colosal: 13,95 millones de toneladas anuales de productos, entre leche líquida, yogures, helados, quesos, leche en polvo y fórmulas infantiles.

UN OJO EN EL SUR

La producción de leche en Argentina se estima en alrededor de 30 millones de litros diarios.

Más del 60% de dicho volumen es elaborado por 15 grandes empresas multiplanta y multiproducto, con gran capacidad de procesamiento y tecnología de punta a nivel mundial.

Aunque la canadiense Saputo figura primera en el ránking nacional lácteo, Mastellone Hnos (La Serenísima) sigue siendo la número uno real del país.

El sector está en plena reorganización. Hubo dos quiebras recientes: La Suipachense y Alimentos Refrigerados SA (ARSA), fabricante de los clásicos postres y yogures SanCor.

Precisamente, la enorme cooperativa láctea, con sede central en la localidad santafesina de Sunchales y que abarca también la provincia de Córdoba, se debate entre planes de salvataje e intervención judicial, con inversores internacionales que le siguen de cerca el paso.

HÓLDING MONGOL

El hólding mongol es uno de ellos: cuenta con más de 38.800 empleados y procesa una cifra colosal: 13,95 millones de toneladas anuales de productos, entre leche líquida, yogures, helados, quesos, leche en polvo y fórmulas infantiles.

Su radiografía fue publicada por Bichos de Campo y revela datos impactantes.

En 2024 facturó 88.675 millones de renminbis (RMB), la moneda oficial de China, lo que se traduce en alrededor de 12.400 millones de dólares al tipo de cambio actual.

A su vez, en la primera mitad de 2025 sumó RMB 41.567 millones (5.840 millones de dólares), con un margen bruto de 41,7%, un nivel alto para la industria láctea.

El core business de la facturación global lo representa la leche larga vida, que ocupa más de dos tercios de los ingresos.

Su marca Aice es líder absoluta en yogures y helados vendidos en Indonesia; luego vienen el queso, un segmento joven en China, pero en crecimiento acelerado, y las fórmulas infantiles, un negocio muy sensible y regulado.

Para sus líneas premium y fórmulas infantiles, Mengniu utiliza leche e ingredientes importados desde Australia y Nueva Zelanda, mercados asociados a estándares más altos.

Con la leche siempre erigida en el centro del negocio, aplicó dos nuevas palancas, llamadas “One Core – Two Wings”.

Una es la nutrición avanzada, que mezcla biotecnología, moléculas inspiradas en la leche materna, fórmulas premium y alimentos funcionales.

Es un negocio donde el valor está en el desarrollo científico, no en el volumen.

La segunda es la expansión internacional: más mercados, más plantas fuera de China, más marcas propias y menos dependencia del consumidor doméstico.

En el Sudeste Asiático, especialmente en Indonesia, Mengniu ya juega de local con helados y bebidas lácteas, mientras que Australia y Nueva Zelanda sostienen el negocio de fórmulas y exportación.

Los grandes tambos chinos son los principales proveedores del insumo lácteo que compra Mengniu y se encuentran integrados a través de contratos, asistencia técnica y sistemas de trazabilidad.

Así se reorganizó a partir de 2008, en el marco del escándalo más grave de su historia alimentaria: fue cuando se detectó que varios fabricantes habían adulterado leche y fórmulas infantiles con melamina, una sustancia que engañaba los análisis de proteína y es tóxica.

Hubo miles de bebés afectados y una crisis de confianza que sacudió por completo al sector.

Aunque Mengniu no fue la empresa que originó el fraude, también quedó involucrada en el terremoto, porque atravesó la cadena de tambos proveedores que abastecían a varias lácteas.

A partir de ese episodio, la industria prácticamente tuvo que rearmarse desde cero: se cerraron tambos, se reorganizó la producción, se impusieron verificaciones diarias y sistemas de trazabilidad que siguen la leche desde la vaca hasta el envase.

Actualmente, se trabaja con plantas certificadas como “verdes”, programas de eficiencia hídrica, reducción de emisiones, economía circular y compromisos de no deforestación en insumos importados.

Estas políticas no solo responden a objetivos ambientales: son requisitos indispensables para entrar en cadenas globales donde la trazabilidad es tan importante como la calidad.