Luego de cinco meses alejados, Mauro Icardi regresó a la Argentina con el propósito de reencontrarse con sus hijas, producto de su relación con Wanda Nara, con la colaboración de su madre.

Esta tarde, el futbolista se presentó en la escuela de las menores, junto a su abogada Elba Marcovecchio, para retirarlas y pasar entre cuatro y cinco días juntos. Nara pidió a la Justicia por escrito que la China Suárez y sus hijos no participen del encuentro, pero el Juez Hagopian rechazó el pedido.

En las últimas horas, trascendió el último informe de la licenciada Fernanda Mattera para el Ministerio Público Tutelar, dónde relata el efecto que la guerra mediática de sus padres tuvo en las niñas.

“Desde el punto de vista psíquico-jurídico, estas maniobras que hacen referencia Wanda y Mauro con respecto a sus hijas, no responden a necesidades del niño o niña adolescente, sino a conflictos adultos no tramitados”, escribe la licenciada.

Sobre el rol de Wanda Nara en la revinculación, el escrito describe un conflicto inicial generado ella: “Remitiéndonos al caso de la señora Nara, a lo largo de estos meses de intervención se han detectado y señalado diversas obstrucciones directas, como ser las dificultades tecnológicas atravesadas para poder habilitar a un canal de comunicación paterno filial”.

Y mencionó la importancia del grupo de chat familiar, donde el futbolista se mantiene en constante actividad: “Permanece habilitado el grupo de WhatsApp, que sigue siendo utilizado activamente por Icardi para enviarle mensajes afectivos a sus hijas, persistiendo en ello, aun cuando estas no le responden”.

En la misma línea, reclama que Nara no cumple con el pedido del juez de no mostrarlas en sus redes sociales: “Lo que impacta negativamente e interfiere en los sentimientos de las niñas”.

Además, apuntó contra Icardi por no cumplir el pedido de no mostrarse en redes junto a los hijos de la China Suárez: “Dicha conducta también es mantenida por el señor Icardi, habiéndose señalado el dolor psíquico que le genera que ciertas publicaciones en sus redes que retroalimentan el conflicto parental”.