Ana Marquis, la mujer que fue baleada mientras paseaba en lancha con amigos y familia por el Arroyo Correntino de Escobar, ya se encuentra en su domicilio, tras una cirugía de urgencia y, según reveló su esposo, Martín Firpo, la mujer permanecerá con el proyectil en el cuerpo porque los médicos consideraron un menor riesgo, al tiempo en que destacó que el operativo no se realizó “con la urgencia que ameritaba el caso”.

Tras varios días de preocupación, Marquis evolucionó de la mejor manera, en diálogo con la agencia Noticias Argentinas, Firpo señaló que están “en casa y así todo es más ameno”, aunque un fuerte contraste lo mantiene alerta: “Ahora que pasó lo peor estamos muy preocupados por el curso de las investigaciones y el estado de la causa”.

Firpo indicó que su esposa “está bien clínicamente” y que “le dejaron el proyectil en el lugar, para no correr riesgos por la zona en donde se encuentra, ya que los médicos consideraron que el daño de sacarlo era mayor”.

“Lamentablemente no se actuó con la urgencia que amerita el caso”, adelantó y sostuvo que consideran contratar a un abogado para ser “parte de la causa”, ya que el fiscal que lleva adelante el hecho -Claudio Aundjian- aún no se comunicó con ellos: “Estoy defraudado, es una situación muy triste”.

“La Policía de Islas hizo el primer allanamiento de forma muy precaria, el martes a la tarde, 48 horas después de lo ocurrido, cuando se entiende que, en realidad, al otro días, a las cinco de la mañana, tenés que empezar a allanar”, añadió el marido de la damnificada.

Martín no sólo calificó al procedimiento como “un horror”, sino que consideró que aquello que “movió a la fiscalía o al juzgado a hacer la investigación, de manera correspondiente” y a enviar un operativo mayor, fueron los tres disparos con los que se enfrentó un móvil televisivo en el lugar.

“No me parece bueno naturalizar lo que está mal. Hubo un circo romano y no quiero ser parte de eso”, apuntó Firpo y cerró emotivo: “Ana es mi compañera de toda la vida, llevamos 40 años juntos”.