El presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, viajó a Lima para reunirse con el presidente peruano José Jerí y confirmar oficialmente que la final de la Copa Libertadores 2025 se disputará en la capital incaica.

Tras semanas de incertidumbre debido al contexto social en el país, el dirigente paraguayo aseguró que “Lima siempre estuvo firme, en ningún momento en duda”, y destacó el compromiso asumido por el Gobierno peruano para garantizar un evento seguro y de primer nivel.

Durante la conferencia de prensa brindada luego de la reunión en el Palacio de Gobierno, Domínguez afirmó que la organización avanza según lo planificado y que el estadio Monumental ya se encuentra listo para recibir a los finalistas brasileños Flamengo y Palmeiras.

“Tenemos más del 80% del estadio vendido, lo que implica que habrá unas 60.000 personas que vienen del extranjero, además de los peruanos que podrán acceder a la fiesta. Esta fue la reunión final que necesitábamos para ratificar que nunca hubo dudas sobre la sede”, sostuvo Domínguez.

El titular de la Conmebol también se refirió al interés de otros países por organizar futuras finales del certamen continental fuera de Sudamérica, algo que volvió a despertar debate en los últimos meses: “Cuando se hizo la final en España fue de una convocatoria increíble. Hay países que han mostrado su interés, pero todavía no entró en una discusión seria. Por ahora, el privilegio lo tiene Lima”.

De esta manera, la capital peruana se prepara para albergar por segunda vez en la historia la definición del máximo torneo continental, tal como ocurrió en 2019. La copa ya se encuentra en suelo limeño, exhibida públicamente por la Conmebol, mientras se ultiman los detalles de seguridad y logística para un evento que promete ser una auténtica fiesta del fútbol sudamericano.